¡11 de septiembre!

Estados Unidos conmemora este miércoles 11 de septiembre el 23 aniversario de uno de los eventos más mortíferos e impactantes de la historia reciente, cuando unos 19 hombres secuestraron cuatro aviones comerciales estadounidenses cargados de combustibles con destino a diferentes destinos en la costa oeste del país.

Los aviones impactaron en Nueva York, en Pensilvania y en el Pentágono, en un ataque orquestado por el líder de al Qaeda, Osama bin Laden.

Los ataques mataron a 2,977 personas y dejaron miles de familiares en duelo y sobrevivientes marcados. Los aviones abrieron una brecha en el Pentágono, el cuartel general militar de Estados Unidos, y derribaron las torres gemelas del centro comercial de Nueva York, que se encontraban entre los edificios más altos del mundo.

Las autoridades concluyeron más tarde que la aeronave que se estrelló cerca de la zona rural de Shanksville, Pensilvania, se dirigía hacia Washington. Se hundió después de que miembros de la tripulación y pasajeros intentaran arrebatar el control a los secuestradores.

El número de las personas que perecieron en el World Trade Center (WTC) en el bajo Manhattan asciende a 2,753. Los miembros de Al Qaeda estrellaron dos aviones de manera intencional contra cada una de las torres. Los vuelos secuestrados que impactaron contra las conocidas torres gemelas fueron el 11, de American Airlines, y el 175 de United Airlines.

Entre las víctimas de los ataques iniciales y los colapsos posteriores, las autoridades han identificado a 343 bomberos de Nueva York, 23 policías de la ciudad y 37 agentes de la Autoridad Portuaria. De acuerdo con CNN, las víctimas tenían edades comprendidas entre dos y 85 años y aproximadamente el 75-80 % de las víctimas eran hombres.

El impacto de la aeronave con el el vuelo 77 de American Airlines en el Pentágono provocó la muerte de 184 personas.

En Pensilvania, los 40 pasajeros y miembros de la tripulación del vuelo 93 de United Airlines fallecieron cuando la aeronave se estrelló en un campo. Se cree que los secuestradores estrellaron el avión en ese lugar, en lugar de su objetivo, después de que las personas a bordo intentaran retomar el control de la aeronave. 

En enero de este año, las autoridades lograron identificar a John Ballantine Niven, residente de Oyster Bay, Long Island, como la víctima número 1,650 de los ataques del 11 de septiembre gracias a avanzados análisis de ADN.

A pesar de estos avances en el proceso de identificación, aún hay 1,103 víctimas, el 40 % de los fallecidos, sin identificar. La OCME ha revolucionado el proceso de identificación mediante el uso de tecnología de secuenciación de próxima generación.