A las 12:01 de la madrugada del uno de enero celebramos la llegada de un nuevo año, todo es algarabía, pitos, música, felicitaciones, expresiones de buenos deseos, promesas para mejorar, aunque también para algunos es motivo de tristeza por la pérdida de seres queridos en el año que se fue.
En nuestro país las cosas siguen sucediendo más o menos como si la festividad no se acabara, porque después del día dos, todavía nos quedan los Reyes Magos, es realmente con la llegada del siete de enero cuando vuelve la normalidad.
Se reinician las clases, se celebra el Día del Poder Judicial, el Ministerio de Interior y Policía recuerda el vencimiento para la venta de alcohol, los partidos políticos de oposición comienzan con sus críticas a las bondades que el Gobierno anuncia hubo en el año que pasó y lo que hará en el que recién llegó.
Una cosa tenemos que lamentar, y es el trágico inicio que se ha producido por la muerte de cuatro mujeres a manos de sus parejas o ex parejas en tan solo la primera semana del nuevo año, pedimos a Dios que esto no sea como lo que nuestros campesinos llaman las “cabañuelas” con respecto a las lluvias en el año.
Esperamos que esa aparente locura que se ha manifestado en tan corto tiempo, asimismo desaparezca para que tengamos un año tranquilo, sin tantas muertes trágicas que lamentar, pongamos todos de nuestra parte porque ¡ahora sí que comenzó el año!
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