En un episodio de la famosa comedia radial La Tremenda Corte que en los años cincuenta se radiaba desde Cuba, Leopoldo Fernández en su papel de Tres Patines, fue acusado de venderle a un guajiro una parte del río Manzanares por 100 pesos.
Él alegó en su defensa, que como era de todos, es decir, que no tenía un dueño específico, él vendió la parte que le correspondía. Esa parece ser la teoría que tenemos aquí en RD, y miren algunos casos.
Se hacen obras para la práctica deportiva, y si no hay una vigilancia especializada, la gente comienza a llevarse cosas, porque eso es de todo el mundo; las tapas de las alcantarillas se las llevan para venderlas, “porque soy un padre de familia y necesito darle de comer a mis hijos” (la excusa más socorrida).
Los gobiernos les hacen préstamos a los choferes para comprar guaguas y carros, y estos no los pagan, porque no les da la gana, y entones hay que poner ese dinero en el renglón contable de “ganancias y pérdidas”.
Casi todos los sectores del país piden a los gobiernos facilidades económicas y excepciones en pagos de impuestos y exoneraciones para un mejor desarrollo de sus empresas y la creación de puestos de trabajo, pero cuando reciben los beneficios nadie paga nada.
Empresas de zona franca de Santiago deben al Estado RD$1,200 MM que iban a pagar en un plazo de cinco años, ya han pasado dos y todavía nada, pero ha sido una advertencia del Pdte. Medina a todos aquellos a los que ha visitado los domingos “que el dinero que les presta hay que pagarlo, que no es regalado”.
Es lo que les ha advertido el Ministro de Hacienda Simón Lizardo a esos empresarios de la zona franca: “hemos contratado un grupo de abogados para que les cobre lo que deben y si tienen que hacerlo de manera compulsiva lo harán”.
De manera que como dice el viejo cha cha cha ♪toma chocolate y paga lo que debes♪.