Hace ya muchos años, cuando la Semana Santa se celebraba sin música popular y con muy pocas emisoras en el aire, cuando no se oían sonar las bocinas de los pocos automóviles que existían y que no eran sacados los viernes santos, esa expresión que titula nuestro comentario de hoy, era usada para que los niños y jóvenes se quedaran en las casas.
Los tiempos han cambiado y ya ese tipo de celebración de los días de la llamada semana mayor, son cosas del pasado y totalmente desconocida para las generaciones del MTV y la internet, solo existe en el recuerdo de aquellos que pasan del medio siglo de existencia.
Por el clima de violencia que impera en el mundo de hoy, el papa Francisco ha dicho en más de una ocasión que debemos poner nuestros ojos en el Cristo crucificado y pedir su bendición, que tenga piedad de nosotros y se acabe tanta maldad.
Los religiosos todos no se cansan de repetir lo mismo aunque con otras palabras, dicen que la violencia que arropa a nuestro mundo es porque nos hemos olvidado de Dios, que hemos olvidado ponernos de rodillas y rezar, que seguiremos así sino volvemos a El, porque ¡El diablo anda suelto!