El Día Internacional del Pan se celebra el 16 de octubre de cada año con el objetivo de dedicar un día a uno de los alimentos más tradicionales en todo el mundo, así como para dar a conocer su valor nutricional e importancia en nuestra dieta diaria. La iniciativa partió de la Unión Internacional de Panaderos y Pasteleros (UIBC).
El pan que hoy conocemos y degustamos con tanto placer, se remonta a las más antiguas culturas que han habitado la Tierra. Desde tiempos antiguos, este exquisito alimento ha sido elaborado utilizando el trigo.
Para su preparación, era muy común machacar los granos y que al mezclarse con agua formaban una pasta, que luego era usada para fabricar el pan. Con el paso de los años y el uso de nuevos inventos, se pudo procesar el trigo para la fabricación de este alimento en hornos.
Los egipcios fueron los primeros en descubrir cómo se producía la levadura para darle un mejor sabor al pan y fue simplemente dejando que la masa se fermentara.
Los griegos introdujeron el uso de la miel y nueces en su elaboración y los romanos innovaron nuevas técnicas a través de ingeniosos equipos como máquinas de amasar y es a partir de este imperio, donde nace de forma oficial, el primer colegio de panaderos.
A partir de entonces, el pan ha ganado fama y aceptación en todas las sociedades del mundo. Hoy es una gran industria con mucha demanda, ya que puede adquirirse a muy bajo costo y con un alto valor nutritivo.
A través de la historia el pan siempre ha sido un alimento que ha estado presente en la mesas de las familias alrededor del mundo. Un exquisito y nutritivo producto elaborado a base de trigo que tiene orígenes antiquísimos.
Cada país tiene su propia manera y estilo de elaboración, sin embargo, en su preparación se utilizan algunos ingredientes básicos como la harina de trigo, la levadura, agua y sal que dan como resultado final un crujiente pan, del cual se desprende un exquisito aroma y que termina siendo una verdadera delicia para el paladar.