Como somos dos países fronterizos ocupando una misma isla es natural que existan fricciones y desavenencias en determinados momentos porque en el lugar adonde haya más posibilidades de vivir con mejor calidad, hasta ahí llegarán los que la estén pasando mal.
Desde hace muchos años República Dominicana, sin ser un país con una economía del primer mundo, está en mejores condiciones que su vecino Haití, por lo que siempre hay un trasiego de migrantes de la parte Oeste hacia la parte Este.
Recientemente los dominicanos dimos inicio a la regulación de la migración, como todo país independiente y soberano tiene derecho a hacer y hace, y nos cayeron encima las grandes potencias y las oenegés patrocinadas, llamándonos racistas y xenófobos.
Esos mismos países son los primeros en no aceptar a los haitianos en sus territorios y cuando el empobrecido Haití es afectado por tragedias, anuncian ayudas que a veces llegan y no reparan en que nosotros no anunciamos y llegamos de inmediato a socorrerlos ¡Haciendo más que los demás!
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