El embajador de los Estados Unidos en nuestro país desde antes de presentar sus credenciales ha sido motivo de controversias y provocador de situaciones delicadas, no por su condición de homosexual declarado y casado con otro hombre, al que presenta como su esposo en todas las actividades, sino por su forma de hablar.
Se ha entrometido, en lo que por su condición de diplomático no puede, y opina sobre lo que no tiene que opinar, en la generalidad de las veces sin aportar pruebas sobre las acusaciones que con ligereza le gusta hacer.
El pasado lunes en un programa de televisión, el embajador Brewster dijo que los actos de corrupción en República Dominicana podrían alejar las inversiones y hacer marchar las que están, pero no mencionó los actos ni los actores y también declaró que nuestro país se ha convertido en un gran puente para el tráfico de drogas.
Naturalmente, el Pdte. Danilo Medina le respondió al deslenguado diplomático pidiéndole que señale los casos de corrupción para que la justicia se encargue de ellos y en cuanto a lo del puente de drogas, le dijo que si somos un puente su país es una avenida de diez carriles para recibir.
Esperamos que de la misma forma que Wally, alegremente dijo lo que dijo, ahora complazca al presidente y responda con pruebas, una cosa si tiene presente la mayoría del pueblo y es que debemos estar todos a una y preguntarnos sobre la actitud del embajador ¿Hasta cuándo?