Hoy queremos compartir con ustedes el artículo escrito por el periodista Aníbal de Castro, director fundador del periódico Diario Libre.
La República Dominicana enfrenta un desafío crucial: la necesidad de una reforma fiscal que incremente la recaudación de impuestos, reduzca el déficit fiscal y alivie el impacto del endeudamiento. Así lo argumenta el gobierno.
Para que esta reforma tenga legitimidad y éxito, el ejemplo debe venir desde el Estado. La ciudadanía espera un compromiso claro de las autoridades para reducir los gastos públicos, eliminar el despilfarro y dirigir los recursos hacia áreas estratégicas que impulsen el desarrollo. Un simple listado de proyectos y programas sociales es insuficiente.
El paquete hecho público ayer se centra en nuevas cargas tributarias. La población ya conoce la severidad de estos golpes que machacarán ingresos mermados por la inflación. Sin embargo, persiste un vacío preocupante en el discurso oficial sobre las medidas concretas para combatir la evasión y aumentar la base de contribuyentes. Se trata del principal problema que enfrenta el sistema recaudador dominicano, y cualquier esfuerzo por aumentar los ingresos del Estado será en vano si esta brecha no se cierra. Debió ser ese el punto de partida.
Abordar la evasión requiere fortalecer las instituciones encargadas de la recaudación, mayor transparencia y un compromiso firme para perseguir a los grandes evasores, no simplemente a los pequeños. Esto aumentaría la recaudación de manera justa y fomentaría una cultura de responsabilidad fiscal.
La reforma debe ser integral y sin subterfugios, enfocada en recaudar más, sí, pero de manera equitativa y racional. No puede la población sobrellevar todos los sacrificios. El gobierno tiene la oportunidad de liderar con el ejemplo, demostrando que es posible ser más eficientes y transparentes en el uso de los recursos, mientras se construye un sistema fiscal que favorezca el desarrollo y la equidad.