En nuestro país tenemos tres Padres de la Patria y dos vírgenes protectoras, pero a una de esas advocaciones de la Virgen María le tenemos tanta confianza que le hemos puesto un calificativo cariñoso.
No sabemos qué relación pueda tener con la estatura original de la madre de Jesucristo porque en la Biblia no hay ninguna explicación ni detalles del tamaño de ninguno de los dos, podría ser que ese confianzudo nombre de nuestra parte esté relacionado con el tamaño del cuadro en su basílica.
Es tal la confianza, que hasta nuestros políticos utilizan su nombre para dar a entender al electorado que cuentan con su bendición para ser presidentes del país, tratando de aprovechar la veneración del pueblo por su Patrona y Madre Espiritual.
Luego de escuchar las inquietudes y preocupaciones de los obispos dominicanos en su Carta Pastoral, sólo nos queda esperar en este 21 de enero, que la Virgen de la Altagracia nos siga arropando con su manto y prodigando sus bendiciones.
Adoración por siempre a ¡la chiquitica de Higüey!