Cuando hace unos años el medio de carga en nuestro país era el animal (burros, mulos y caballos), se decía que “en el camino emparejamos la carga” y esa frase lógica se convirtió en un popular refrán que ha llegado hasta nuestros días.
Al comenzar a destiempo una campaña de aspirantes a la candidatura presidencial por el PLD, en la que se lanzaron unos cuatro, se esperaba a otros más y Leonel se movía aunque no lo decía claro, si no que chequeaba los vientos, la gente comenzó a presagiar grandes tormentas en ese partido.
Vino una reunión del Comité Político, se sometió a votación una reforma a la Constitución para que el Presidente Medina pudiera optar por un nuevo período, y las cosas aunque se aclararon, parecieron ensombrecerse.
Los políticos, actuaron como lo que son, políticos, y vinieron acuerdos entre ellos, los del mismo partido y luego con los aliados y todo lo que apuntaba a un cataclismo, tan sólo fue “coser y cantar” y esperar el 30 de agosto.
Ese día llegó, el Presidente fue proclamado como el candidato del PLD y en su discurso dijo que los acuerdos firmados serían cumplidos y pidió a los que se movían en busca de senadurías y diputaciones que no se desesperaran porque son jóvenes y en política el trabajo no se pierde, se acumula.
De manera que ya ven como es la vida, no hay que preocuparse ni magnificar algo que no ha sucedido, solamente hay que pensar como nuestros campesinos, la carga la ¡emparejamos en el camino!