Este 10 de octubre fue celebrado el Día Mundial de la Salud Mental y en RD fuimos impactados por una revelación de la directora del Hospital Psiquiátrico Padre Billini ubicado en el kilómetro 28 de la autopista Duarte: “de 170 pacientes albergados, 81 han sido abandonados a su suerte por sus parientes”.
Ha sido una constante en nuestro país, sobre todo en los estratos más pobres, que el enfermo mental no es querido en sus propios hogares por las dificultades que acarrean sus atenciones por el costo de los medicamentos y la alimentación adecuada.
La solución más socorrida es internarlos “en el 28” y dejarlos ahí de por vida, ya que tienen la creencia de que “el loco no tiene cura”, y sin tener la más mínima idea de cuál es el tipo de enfermedad que padece “lo abandonan a su suerte”.
En algunos hogares se ha visto a uno de estos enfermos, encadenado y viviendo en un cuartucho alejado del resto de la casa, “porque es un loco furioso”, y probablemente nunca le han llevado a consulta y si lo han hecho alegan no poner costear su tratamiento, y en muchos casos es así.
El Gobierno ha enfrentado muchas situaciones que venimos arrastrando desde hace mucho tiempo, como el analfabetismo, el cuidado de bebes en estancia infantiles, el manejo de los que tienen capacidades diferentes, etc, pero siempre aparecen situaciones nuevas porque la deuda social es enorme.
Muchas veces oímos decir “que hay más afuera que adentro” refiriéndose a personas que actúan de una manera diferente, pero lo cierto es que tenemos muchos enfermos mentales caminando nuestras calles porque sus familiares no quieren tenerlos.