¡Mal de muchos, consuelo de tontos!

Este popular refrán que nos habla de la desgracia compartida es lo que parece que nos está sucediendo con el asunto de las migraciones, por lo menos en lo que se refiere a la presión mediática e internacional.

Desde que el Tribunal Constitucional evacuó la sentencia 168-13 y luego se promulgó la Ley y el decreto para el Plan de Regularización de Extranjeros ilegales en nuestro país, se desataron unos demonios encubiertos tanto nacionales como internacionales.

No teníamos respiro y cada día en los medios de comunicación y en distintos foros, éramos atacados inmisericordemente y considerados los más malos del mundo y los peores vecinos con que se pudiera contar.

Pero se desató en la vieja Europa  el mismo problema que nos aqueja, en Estados Unidos, en islas del Caribe que también nos criticaban y por sus actuaciones, que en nada se parecen a las nuestras, hemos salido de los focos de atención.

Seguimos con nuestro Plan de Regularización, actuando correctamente como desde el principio, y parece que nadie se entera porque ni en los medios se habla de eso, ahora los que están son “los bondadosos países europeos y el magnánimo Estados Unidos”.

Ahora ellos tienen que enfrentarse a aquello que a nosotros criticaban, bueno no queda de otra, solamente agarrarse del refrán, ¡mal de muchos, consuelo de tontos!