Cuando la época de la revolución cubana y luego de su triunfo el eslogan usado y que se expandió por todo el mundo revolucionario era el de “Patria o Muerte: Venceremos” una forma de arengar y animar a los militantes.
Con el paso del tiempo y ya a manera de broma y de aceptación de lo que se quería evitar, algunos con sentido de humor lo cambiaron por ese de “Patria o Muerte: Nos vencieron” y como los afanes revolucionarios se han terminado pues ese es el estribillo de resignación.
Con la situación que desde hace tiempo está viviendo el país con los haitianos, podemos decir con resignación: Nos vencieron, y lo han hecho con un manejo extraordinario de relaciones públicas a nivel mundial y su acostumbrada capacidad de victimizarse.
Ellos han tenido y tienen la ventaja de contar con defensores de su causa entre dominicanos que viven aquí y que propugnan por un tratamiento para ellos mejor que el que se les pueda brindar a los propios dominicanos tan pobres como ellos.
Hubo un incidente lamentable, aun confuso en el que murió un nacional haitiano a manos de un policía dominicano, en un barrio de la capital, haitianizado por completo, que ha desbordado las pasiones y que ha mostrado la disposición de ellos respecto a las autoridades nacionales.
Se enfrentaron a tiros, pedradas y botellazos y lo hicieron porque saben cómo van a presentar (ya lo hicieron) a nivel mundial esta situación, además de que al contar con sus defensores aquí, su opinión prevalecerá y República Dominicana será la condenada, sin más ni más.
Podría pensarse que estamos tirando la toalla y que no tenemos esperanza, pero lo que estamos viendo hace un tiempo nos obliga a pensar así y a decir sin rubor: ¡Patria o Muerte: Nos vencieron!
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