El editorial del periódico vespertino El Nacional enfoca la problemática situación de la migración ilegal haitiana hacia nuestro país y los pronunciamientos sobre la solución que dicen las autoridades implementarán.
El Gobierno anunció la ejecución inmediata de un amplio programa de reforzamiento migratorio con el objetivo de repatriar hasta diez mil indocumentados por semana, además de otras medidas destinadas al reforzamiento de la frontera con Haití.
En una sesión delConsejo de Seguridad y Defensa Nacional, encabezado por el presidente Luis Abinader, se acordó poner en práctica siete iniciativas tendentes a afrontar la inmigración ilegal, que incluye el fortalecimiento de la vigilancia y control fronterizo, con despliegue de más personal y equipo en la zona fronteriza.
El mandatario dominicano había advertido en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) que un fracaso de la misión de pacificación de Haití podría implicar la necesidad de adoptar medidas drásticas para proteger la seguridad nacional, como han sido las anunciadas en la víspera.
Colocar como meta la repatriación de al menos 40 mil indocumentados constituye un indicativo de que el Gobierno se cansó de esperar por las promesas de ayuda a Haití formuladas por naciones y organismos multilaterales que nunca han llegado.
Para garantizar el cumplimiento de leyes y estatutos internacionales, las autoridades ampliarán la desarticulación de redes de tráfico humano y aplicarán acciones para identificar redes responsables del tráfico ilegal de personas, así como el establecimiento de un protocolo de identificación y retorno asistido de indocumentados.
Es obvio que para garantizar la repatriación de diez mil haitianos sin papeles a la semana se requiere ampliar significativamente el personal y equipos utilizados por la Dirección General de Migración en esa tarea, más aun si el Gobierno se compromete a respetar los derechos de los extranjeros en conflicto con la ley.
Ese programa de abordaje al desenfreno inmigratorio no debe interpretarse como un resabio presidencial, sino como una urgente y necesaria acometida destinada a reducir el exceso de población migrante que ya se percibe en no pocas comunidades y que cada día se aproxima a un escenario incontrolable.
El compromiso del Gobierno es garantizar la soberanía y la seguridad nacional, por lo que se recibe el anuncio del reforzamiento del control migratorio como una iniciativa necesaria y urgente que debe garantizar el respeto a los derechos humanos, en coordinación con la comunidad internacional y autoridades haitianas, sin menoscabo del cumplimiento del ordenamiento jurídico nacional.
Urge darle estricto seguimiento a esa iniciativa y buscar la forma de que por cada diez mil repatriados no entre al territorio nacional una cantidad similar o mayor de indocumentados cada semana.