Ha causado extrañeza en el país la noticia de que en las primeras primarias que celebra en su historia, el Partido de la Liberación Dominicana, se hayan producido dos muertes, varios heridos, trifulcas y suspensión de votación en algunos lugares.
Inclusive los mismos líderes y altos dirigentes de la organización han condenado el hecho, y hasta el Presidente de la República admitió que la inexperiencia en la realización de este tipo de evento en el partido ha sido determinante en lo sucedido.
Lo que queda claro es que situaciones como estas volverán a presentarse en ese partido, aunque no sea la intención de dirigentes y militantes, porque ya no es la organización que tenía unos cuantos militantes, ahora es la mayor del país.
Si tomamos en cuenta que fueron convocados para votar más de dos millones seiscientos mil miembros, era de esperarse que los ánimos se caldearan y las pasiones se salieran de sus cauces.
Ya el PLD no es un partido con un líder, ahora son dos y van buscando colocarse, otros, de manera que seguidores de unos y otros quieren ser los ganadores y hacen lo que haya que hacer.
Lo pasó en esas primarias no tiene ningún tipo de justificación, porque una vida que se pierde es demasiado, pero el fanatismo es destructor, ¿Qué debemos esperar que cosas así sigan sucediendo? ¡sí, pero no!
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