¡Una pequeña bola de nieve!

Todos los nacionales de los países fríos saben que así es la forma de comenzar un alud devastador, la bola baja rodando y se va incrementado hasta convertirse en algo realmente catastrófico.
Cuando un país pretende designar un embajador para que lo represente en una nación con la que mantiene relaciones diplomáticas lo primero que hace es mandar el curriculum vitae con todos sus detalles para que el país receptor sepa a quien va a recibir.
El primer error cometido por nuestro país fue admitir como bueno y válido el legajo de informaciones que envió el gobierno de Estados Unidos hace unos tres años de su proponente James Brewster.
Sabiendo que fue aceptado, a pesar de ser una figura controversial, inclusive en su propio país, Mr. Wally, no bien pisó suelo dominicano, como el representante del presidente Obama, comenzó a desarrollar su plan personal y ha logrado lo que se proponía.
Ahora nos escandalizamos de sus más recientes declaraciones, pero las mismas no son más que una continuación de lo que ha dicho y hecho desde su llegada, cuando lo aceptamos al ver sus papeles de introducción, lo que hicimos fue dejar correr ¡Una pequeña bola de nieve!