Nos pasamos once meses del año esperando la llegada de la Navidad, no tan solo por la alegría que se vive en ese período de tiempo, sino porque nos entra un dinerito de más por aquello del doble sueldo y uno que otro bono.
Algunos son tan desesperados que ya a mitad de año están hablando con prestamistas usureros y venden el llamado doble sueldo por la mitad o las tres cuartas partes de su valor esperando que cuando éste llegue puedan ablandar el corazón del prestamista y quedarse con algo.
Estamos en el primer fin de semana después de todas las celebraciones y del nuevo año y es casi seguro que los bolsillos de la mayoría están que se pueden voltear y no sale nada más que aire.
Y es que no aprendemos de los consejos y no nos llevamos de los refranes que son la esencia de la sabiduría popular, “y no guardamos pan para mayo” y después de volvernos locos y tirarlo todo para arriba, nos preguntamos ¿y ahora cómo me hago?